Hoy tengo que reconocer que ha sido un día
bastante ajetreado. Por la mañana, he
ido a sacarme un certificado de penales ¿?. Hacía desde más de 30 años que no
iba a eso.
Ahora parece ser que está de moda, porque
había más gente en la cola, que en la guerra.
Después de sacarme dicho certificado, tenía
tiempo libre. Todo el tiempo libre del que puede disponer una persona parada…
Y ya que estaba en Sol, se me ha ocurrido
dar una vuelta. Lo primero que he hecho ha sido devengar por la calle Arenal,
viendo a todos y cada uno de los personajes y personajas que pululan por allí.
Me han hecho gracia unos niños. Niños que
debían ir con su abuela, y cuando al personaje que va vestido de almirante pero
sin cabeza, la niña se descojonaba, a la vez que le daba miedo. El niño era mas
tranquilo, quizás
porque era un poco mas mayor.
He decidido avanzar un tanto. Pasando la
Joy Eslava ( para quien no la conozca, es una discoteca de pijos ), he llegado
a la plaza donde está el Teatro Real.
Me he sentado en un banco, donde había
sombra, porque el calor de septiembre, aún jode lo bastante como para no salir
a la calle. Y resulta que he oído al Sabina.
Sabina no tenía
ningún parecido físico con el menda que estaba cantando, pero sonaba igual.
Nunca he escuchado a nadie cantando igual
que él, pero este tío cantaba igual, con sus canciones, pero esa voz desgarrada
era prácticamente igual. Me ha encantado.
Después me he ido a Discos Killers, porque
me encanta ver a los grupos que tienen en el escaparate.
Los Rolling, Los
Ramones, Los Kiss… Incluso las guitarras en pequeño de Angus Young, o de Brian
May.
Total, que he visto un cartel, en la tienda,
de que compraban discos de vinilo.
He decidido entrar y preguntar al colega,
que cuánto me darían por mis más de cien discos.
Me ha dicho que primero los tiene que ver y
comprobar y que los que están chungos, me da un euro por ellos.
Un euro ¿?. Ninguno de mis discos lo venderé
por esa ridiculez de dinero.
Después , tenía una sed imposible de
cercenar si no era con una Mahou.
He pasado por un KFC, y no he pedido pollo
ni pollas en vinagre.
Una Mahou eso sí, de las verdes porque no
tenían rojas, y me ha sentado como de puta madre.
Total, que han venido dos personas mayores
-extranjeros- y habiendo dos mesas libres, se han sentado conmigo.
El tío me ha preguntado con gestos que si la
cerveza la había pedido allí.
Sí, le he dicho, mientras me fumaba mi
cigarro, mejor dicho mi purito.
Ha traído una bandeja de patatas y unos
cacharros de pollo, con los cuales su mujer se ha puesto hasta el culo.
He decidido irme de Sol, y he puesto paso
firme a mi dura realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario