Voy a comprar "El Jueves" como
cada miércoles, a mi kioskero de confianza. Paso por el nuevo rastrillo que se
ha montado en el callejón. Callejón que
no es tal, ya que tiene salida.
¿ Dónde se ha visto
que un callejón tenga salida ?.
Los que no tienen salida alguna son, los que
venden los artículos que allí se venden. Eso sí, hay de todo.
Desde transformadores para móviles, hasta
muñecos para bebés.
La policía municipal, viene una vez por
semana, y los vendedores recogen los bártulos hasta que a los cinco minutos se
van los "expropiadores de artículos".
Nadie tiene permiso para venta ambulante,
pero la gente del barrio en general no se queja de que la gente se busque la
vida como pueda.
Escuchas a señoras que prefieren este tipo
de venta, antes de que les pongan una navaja en el pescuezo y les quiten el
carro de la compra, que por cierto ya lleva cada vez menos compra.
Móviles recién "guindaos" a
precios razonables. Pero lo que llama la atención al menos a mí, es ver cómo se
compran cuñas de queso de oveja a mitad de precio. El Rastro de toda la vida.
Eso no es el 3 x 2 de cualquier hipermercado
que se precie. Es el 1/2. ¿ Alguien da
mas ?.
Uno de los letreros que aparecen en una de
las furgonetas, es :
" Te deseo el
doble de lo que tú me deseas a mí".
Creo que nadie, nunca dijo algo más claro, mas directo y mas
real que eso. Vamos, que ni los aprendices de filósofos de Grecia.
Estoy convencido de que al final acabaremos
utilizando el trueque. Y que le den a los euros.
No hacen más que obligarnos a ello.