martes, 11 de diciembre de 2012

Petanca de Otoño


   Después de unos veinte kilómetros recorridos ( calculo ) , que es hora de descansar un rato.
   Antes he podido apreciar la tenue luz del sol y los parques recorridos con sus respectivas hojas diseminadas por el césped sin ningún tipo de orden.
   Nada de viento, y se agradece.
   Me encanta el otoño. Lo disfruto. Esos colores de los árboles que dejan su verdor, esperando para cuando lleguen tiempos mejores, son los colores que me gusta ver y apreciar. Esos tonos verdosos suaves, nada estridentes como cuando les da el sol en verano.
   Todo ello aderezado con los Queen en los oídos: " Another One Bites the Dust" me ameniza el camino.
   De hecho voy marcando el ritmo al apoyar mi pie derecho al ritmo de la batería, y cuesta arriba.
   Igual que la vida : todo cuesta arriba.
   He llegado a la meta propuesta hoy, y creo que es hora de disfrutar de un cigarro.
   Me siento en el banco del parque donde los mayores están jugando un buen partido de petanca.
   Uno lanza la bolita pequeña de color rojo, y dispara una de sus bolas.
   Los demás contrincantes intentan colocar las suyas al lado de la bola pequeña.
   El último participante, aunque se le ve un tanto achacoso al hombre, comprobando que sus dos primeras bolas no se han acercado lo suficiente al objetivo, hace una parábola para destruir la posición de las restantes. Es el Destroyer del partido. Ganar no gana, pero lo bien que se lo pasa, no se lo quita nadie. Cuando ha tirado su última bola me ha parecido incluso Gene Simmons sacando su desmesurada lengua, burlándose de sus contrincantes.
   He estado a punto de preguntarles por las reglas de la partida, pero ya se me acababa el cigarro y tenía que continuar mi paseo.
   Creo que todavía me quedan algunos años para hacerme profesional. Tiempo tengo.
   Aunque cuando yo llegue -si llego-,  el deporte "jubileta" por excelencia, no será la petanca, sino la recogida de cartones, y no como hobby.