domingo, 25 de marzo de 2012

Bibliobús, jueves 6 de la tarde


   Como cada jueves a las 6 de la tarde, allí estábamos , puntuales como el Big Ben.
   Antonio Gómez García, José Antonio Pastor y yo.
   A veces Antonio, no venía. Mas de una vez a Pastor no le apetecía salir a las 5 del cole, y esperar una hora al Bibliobús. Independientemente de que vinieran mis compañeros, yo estaba allí clavado como un palo, a las 6 de la tarde. Podía hacer calor, o llover a cántaros, pero allí estaba.
   Quizás ellos no tuvieran el mismo ansia que tenía yo por leer.
   Como premio a mi lealtad al Bibliobús de los jueves, llegando el mes de mayo, y próximos a finalizar el curso, el encargado de la biblioteca móvil, me regalaba libros para leer en verano, sin tener que devolverlos. Eran libros que iban a desechar para el año siguiente. Después me aficioné a las bibliotecas fijas, pero en aquel entonces, no estaban muy surtidas, ni había muchas donde elegir.
   Lo que estaba claro, es que trataba con sumo cuidado, cualquier libro que me prestaban. En mi cabeza no cabía, ni cabe, tratar mal un libro que me iba a entretener durante la siguiente semana.
   Cualquiera que me conozca, sabe que no hay otro tipo de documento, ni musical, ni visual, que trate mejor que a un libro. Eso también es extrapolable a los discos de vinilo.
   Los discos, son documentos hechos en su correspondiente época. Abrir un disco de vinilo, sacar el disco, leer las letras de las canciones que lo componen, coger el disco por sus bordes, ver la brillantez al trasluz de ese color negro que se convierte en luz...
   Pueden llegar a ser incómodos, pero teniendo sumo cuidado, y tiempo para buscarlos, y un par de agujas de repuesto ( como tengo ) , no hay placer mejor.
   Está claro, que una buena calidad, y sin moverte del sitio, y elegir lo que quieres escuchar, no tiene precio. Pero lo de abrir un vinilo, sacarlo de su funda, ponerlo en el plato, y escucharlo ufffff. Ni punto de comparación. Es un ritual. Esa sensación no te la da, lo de buscar una cancioncilla en el ordenador. Ese chisporroteo, de un disco de 1976 por ejemplo, no tiene nada que ver con buscar la carpeta en el disco duro. Además, cuanto mas antiguo, mejor. Tengo discos, que cuando los coges al peso, adivinas rápidamente que lo que hay dentro tiene calidad. También pienso, que todos mis discos, los tengo en el portátil, por comodidad, pero se pierde el ritual.
  Igual que abrir un libro, oler sus páginas, saborear esa sabiduría oculta entre sus páginas, no tiene precio.
   Ningún otro documento lo he tratado con este tipo de cuidado, y más si no era mío. Tanto si me lo dejaba algún amigo, como si me lo prestaba mi biblioteca municipal habitual.
   Así fue desde que tenía 9 años, y así será para siempre. Y todo se debe al respeto que les tengo a este tipo de joyas.

Una hora menos en la vida

   Una persona a la que conozco desde que nació, hoy me dice :
   Papá, y ¿ por qué tenemos que cambiar la hora?.
   Muy sencillo hija, es para ahorrar energía, y dormir una hora menos.
   Pues yo pienso dormir igual. Voy a dormir las mismas horas que duermo todos los días.
   Entiendo de recibos, y sobre todo , el de la "luz", y lo cierto es que en los hogares, el supuesto ahorro, no existe.
   Si las fábricas, y los centros comerciales utilizaran la luz del día, sí sería un ahorro, pero ningún centro comercial utiliza la luz del día para sus negocios. En el caso de las fábricas, tampoco supone ningún ahorro, mientras que las máquinas que funcionan, no lo hacen con la luz del sol.
   Si nos fijamos un poco, en los talleres mecánicos, da igual el cambio de hora. Siempre están en penumbra.
   No sé cómo los mecánicos no se quedan ciegos, después de años revisando los motores de los coches.
   El chino de la esquina, ahorra poco en luz, tanto si se le adelanta, como si se le atrasa.
   En el caso de los coches, la última recomendación es que se lleve la luz puesta, tanto durante el día como por la noche. Supongo que creerán que esto es Suecia o Inglaterra, en que están en penumbra día sí, día también.
   El caso es que nos joden una hora de nuestras vidas, y luego nos prometen devolvérnosla en octubre.
¿ Y el que no llegue a octubre ?. ¿ Quién le paga esa hora extra ?