Viendo ayer el cuarto milenio, cuarto
milenio… pues veo como que no. Que un tío que se dedica a pillar a muertos que
no se han muerto, y no pilla a la tía que había en ese pub…
Que viene el psiquiatra con unos medios del
carajo, y no ve ni siente nada, pero eso sí, después del tema , ve que ha
habido unas cuatro o cinco horas que todo lo que allí había pasado no estaba
dentro de los cauces normales.
Que viene la médium, y en vez de ver a una
tía, dice que vio a un tío, eso sí muy guapo y con unos ojos bastantes
penetrantes, pero que solo quería irse de allí.
Que vamos, que parece que allí ni pasa, ni ha pasado nada de nada, o ná
de ná.
Pasar, lo que se dice pasar, fue hace unos
treinta y cinco años más o menos…
Sobre el número 5 de la calle Juan Portas,
existía una casa baja en la cual vivía la señora Carmen.
Señora Carmen es sencillamente llamarla con
educación, con respeto, pero realmente ninguna de las dos opciones era cierta.
La señora Carmen, estaba como el Rosario de
la Aurora, o mejor dicho, como una puta cabra.
Cuando le daba por salir a la calle, no es
que no diera miedo a todos y cada uno de los chavales que estábamos por allí.
No. Era que salía acompañada de un perro de no sé que raza, pero de una raza
muy chunga…que se ponía a perseguir a todos y cada uno de los chavales que
estábamos por allí.
Qué jodido. Qué chungo, cuando salía la
señora Carmen, la cual llegó a llamarse comúnmente como la "señora
Kirmin".
Cuando decía el "Miguel" : Hostia
, la señora Kirmin, todos los chavales salíamos corriendo como posesos por todo
el barrio, hacia la plazoleta y más allá. Hasta el fin del mundo.
Lo peor fue, cuando le pilló al Yustin (
pobrecillo ) y no se pudo esconder como todos los demás nos habíamos escondido.
Tuvo suerte de que el puto perro ya estaba
cansado que si no...
Era tan sencillo salir de ese puto pasillo, y ponerse en marcha. Tres peldaños.