Hoy por la mañana,
he pasado por una antigua farmacia en la que compraba mi madre los medicamentos
cuando yo era pequeño y salíamos del médico.
Antes de llegar a dicha farmacia, he pensado
que muy probablemente no estaría la mujer que años atrás estaba allí, al pie
del cañón.
Pero me he equivocado . Allí estaba, después
de cuarenta años. Y no ha cambiado mucho .
Lo más llamativo ha sido que la señora
seguía con ese típico mechón canoso que le sale justo del flequillo, y allí
seguía también, con su peinado igual que hace cuarenta años, y ese mechón de
canas en el mismo sitio que lo tenía la última vez que la vi.
La verdad es que no ha envejecido mucho,
aunque me ha hecho recordar lo mayor que estoy yo. Iba de la mano con mi madre
a esa farmacia y esa mujer ya estaba allí, e incluso ya era mayor…
No aparenta más de 70 años aunque
probablemente esté mas cerca de los 80 . El caso es que la he mirado a través
del escaparate, y ella me ha mirado a mí también como queriéndome conocer.
En ese preciso momento he retrocedido
cuarenta años. Sencillamente ha pasado, y ni me ha gustado ni me ha disgustado,
sino todo lo contrario.
NOTA DEL AUTOR :
La foto no tiene nada que ver con la mujer de la farmacia. Simplemente es la más parecida que he encontrado en la interné.
NOTA DEL AUTOR :
La foto no tiene nada que ver con la mujer de la farmacia. Simplemente es la más parecida que he encontrado en la interné.