Es una excelente canción del gran maestro de la guitarra española, Paco de Lucía.
Pero me he permitido poner este título a esta entrada, pensando en que realmente estamos entre dos aguas.
Por el Oeste, estamos invadidos por la cultura occidental, y nunca mejor dicho, ya que son más occidentales que los occidentales.
Comenzaron con sus bases militares, después nos trajeron sus mierdas de hamburgueserías, que ni son hamburguesas, ni son ná. Lo que allí se vende, sabe a cartón. Junto con la opción de beber su bebida oscura bajo la denominación de origen. Dos marcas que compiten entre ellas, y que son las que dominan literalmente el mundo. Cuando ese tipo de bebida se integra en un país, éste puede darse ya por invadido.
Eso, es por un lado. Por el otro , tenemos a nuestros vecinos mas próximos, con los cuales nos integramos, nos identificamos, y nos creemos que realmente formamos parte de ellos.
Aquí, se nos hace creer, que por proximidad geográfica, formamos parte de ese interesante club.
Pero por otro lado, nos siguen vendiendo por enésima vez, que tenemos que, al menos, acercarnos a ellos en todas y cada una de sus normativas.
Se ha hecho. Y se va a hacer. Nos vamos a acercar e integrar en lo posible, pero deberíamos integrarnos por completo. Tanto en lo bueno como en lo malo. Como en la salud, como en la enfermedad.
Lo que ocurre aquí, es como una boda con Europa, pero en vez de un casamiento en toda regla, en régimen de bienes gananciales, nos hemos casado en el régimen de separación de bienes.
España, aparte de puta, pones la cama y los condones.
A partir del 25 de marzo, España : vas a poner también el culo.
Ya hay varios que han puesto el culo como Grecia o Italia.
Lo bueno que tenemos aquí, es que tenemos el culo igual de tierno que la cara.
