Esto, para los que todavía no se hayan
enterado, es una guerra. Una guerra en toda regla. Una guerra no convencional
en la que no se enfrentan varios ejércitos unos contra otros.
Es una guerra en la que los bandos están
bien definidos. Mejor dicho, uno de los bandos.
El otro no es un bando, es una gran banda
internacional. Una banda inhumana que no tiene ningún sentido de la empatía, ni
la más mínima decencia moral. A este bando se le llama " Los
Mercados". Y aunque parecían anónimos, ya no lo son.
Las grandes guerras del siglo XX, duraron
cuatro años la primera y cinco la segunda. Pero la actual, ésta que estamos
viviendo, ya ha pasado de los séis años, y no tiene ninguna pinta de acabar.
Por mucho que muchos se empeñen en que es una guerra sin armas sí las hay. Y son las
armas que toma el Poder, esa gran banda mafiosa que no duda en absoluto en
utilizar la fuerza por medio de sus cuerpos represores de primera línea.
Siempre guardan la segunda línea para
batallas más importantes ( al igual que se hace en una guerra convencional ).
Mantienen a sus ejércitos en guerras reales,
entrenando a sus soldados para proteger "sus" intereses,
Mientras el otro bando, sigue intentando
unificarse sin éxito.
Hay un medio que nunca ha tenido más
importancia que ahora, y con la que no contaron los ejércitos pretéritos.
Unos la utilizan para converger, y los otros
para controlar.
Y en el control van ganando.
Realmente van ganando en todo, aunque como
en cualquier otra guerra, tanto convencional como de guerrillas, o emboscadas,
el destino puede deparar sorpresas.
El problema es que habiéndonos adecuado a
"su" sistema desde hace décadas, ahora resulta muy difícil, por no
decir imposible un cambio en la manera de pensar.
Es lo que hablaba la semana pasada con un
amigo. ¿ Qué tipo de revolución se puede hacer, cuando lo más revolucionario es
ir a un comercio a esperar que abran, para comprar el último Ipad, Ipod o
Ipollas de última generación y tirarse más de 24 horas haciendo cola ?.
Desde luego que así no se ganan las guerras,
y mucho menos la de las trincheras.