sábado, 9 de marzo de 2013

Un viernes cualquiera ( Soluciones )


   Supongamos por un momento, que hay una reunión del Consejo de Ministros, un viernes cualquiera, con un gobierno cualquiera.
   El principal problema por el que atraviesa el país es el elevado número de desempleados. Y como segundo problema, está el alto índice de corrupción.  Esto último se verá en un capítulo aparte, porque tiene tela.
   Ante estos graves problemas, se intenta buscar soluciones.
   Una de ellas bien podría ser, dictar una ley en la que obligue a las empresas de más de cien trabajadores, a acortar la jornada laboral.
   La proporción sería pasar de 40 horas de jornada efectiva, a 35 horas. De tal forma que de cada siete trabajadores, sería contratada una persona más. El resultado sería que actualmente siete trabajadores computan un total de 280 horas de trabajo. De esta manera, pasarían a ser ocho trabajadores que realizarían las mismas horas de trabajo efectivo.
   Cada trabajador, consiguientemente sufriría una rebaja de su salario en un 8,7% de su salario mensual.
   La empresa cotizaría por cada trabajador aproximadamente un 33% de Seguridad Social, al igual que ahora.
   Echando cuentas, a la empresa le saldría "comido por servido", e incluso habría que ayudarles en el sentido de la necesaria ampliación de los elementos necesarios, para que sus nuevos trabajadores tuvieran su espacio necesario para cambiarse, tal como taquillas, duchas, ampliación de las zonas de descanso, etc. por medio de una subvención estatal.
   En un supuesto de que los trabajadores de la empresa que cobren por ejemplo 1500 euros brutos, a igual categoría profesional, multiplicado por siete, resultaría una cifra de 10500 euros al mes. De los cuales, a la empresa "grosso modo", cotizando por ellos a la SS, saldrían unos emolumentos de 13965 en personal ( por esos 7 trabajadores ).
   Con esta nueva normativa, la empresa seguiría pagando exactamente lo mismo con 8 trabajadores, que con los 7 anteriores, y tendría a una nueva persona contratada. Los empleados en este ejemplo, pasarían a cobrar 1310 euros brutos, pero adecuando lógicamente los turnos, o incluso los días de trabajo, se podría conseguir esa ansiada conciliación laboral de la que tanto se habla, y de la que tan poco se hace. También y no poco importante, sería la rebaja del IRPF que cada trabajador tendría que realizar, ya que al cobrar menos, también pagaría menos a Hacienda.
   Creo que sería una medida acertada, tanto para la empresa, como para el conjunto de los trabajadores.
   Y sobre todo para los 6 millones de desempleados.
   Vamos a echar unas cuentas…
   Sabiendo que la mayoría de empresas españolas tienen menos de 100 empleados, no tendrían obligación de acogerse a esta ley -de momento-, pero viendo que las empresas mayores tendrían que acatar las leyes sin prácticamente engorros para ellas, creo que se animarían a adoptar tales medidas.
   Y calculando, que de 17 millones de trabajadores en activo, al menos 7, trabajan en empresas de más de 100 trabajadores, el cálculo es simple :
   Un millón menos de desempleados. De los cuales, lógicamente habría que tirar de los de larga duración.
   Una vez que ese millón de personas tuvieran un trabajo, se acrecentaría el consumo. El Estado recogería los frutos, y los pequeños comercios empezarían a funcionar. Se contratarían más personas.
   Si el resultado es beneficioso, podría incluso a ampliarse como obligatorio a empresas mas pequeñas.
   Yo estoy convencido de que funcionaría, y a medio plazo, incluso la gente lo agradecería.
   "Para grandes males, grandes remedios". Eso es lo que decían nuestros abuelos, y tenían más razón que los Santos.
   La lástima es que los tiros no van por ahí. Ahora se intenta despedir casi gratis a los trabajadores que llevan años en sus trabajos. Lo que intentan es llevarnos a la tumba cuando te toca jubilarte, si no antes.
   Rebajar el déficit. Ese es el objetivo. ¿ Y de qué sirve ?. Pedir menos para pagar menos en el futuro.
   Creo firmemente que llegaremos al déficit cero. Pero cuando lleguemos ( si es que llegamos ), habremos muerto por esos caminos de Dios, o de Europa.