viernes, 21 de septiembre de 2012

Un miércoles cualquiera


   Voy a comprar "El Jueves" como cada miércoles, a mi kioskero de confianza. Paso por el nuevo rastrillo que se ha montado en el callejón.   Callejón que no es tal, ya que tiene salida.
  ¿ Dónde se ha visto que un callejón tenga salida ?.
   Los que no tienen salida alguna son, los que venden los artículos que allí se venden. Eso sí, hay de todo.
   Desde transformadores para móviles, hasta muñecos para bebés.
   La policía municipal, viene una vez por semana, y los vendedores recogen los bártulos hasta que a los cinco minutos se van los "expropiadores de artículos".
   Nadie tiene permiso para venta ambulante, pero la gente del barrio en general no se queja de que la gente se busque la vida como pueda.
   Escuchas a señoras que prefieren este tipo de venta, antes de que les pongan una navaja en el pescuezo y les quiten el carro de la compra, que por cierto ya lleva cada vez menos compra.
   Móviles recién "guindaos" a precios razonables. Pero lo que llama la atención al menos a mí, es ver cómo se compran cuñas de queso de oveja a mitad de precio. El Rastro de toda la vida.
   Eso no es el 3 x 2 de cualquier hipermercado que se precie. Es el 1/2.   ¿ Alguien da mas ?.
   Uno de los letreros que aparecen en una de las furgonetas, es :
" Te deseo el doble de lo que tú me deseas a mí".
   Creo que nadie,  nunca dijo algo más claro, mas directo y mas real que eso. Vamos, que ni los aprendices de filósofos de Grecia.
   Estoy convencido de que al final acabaremos utilizando el trueque. Y que le den a los euros.
   No hacen más que obligarnos a ello.

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